La actualización de iOS 8 para Apple ha hecho temblar al FBI por su tremendo nivel de seguridad. Esto se debe a que han cifrado la información de los usuarios, por lo que ni el propio FBI podría espiarlos. Con Google ocurre más o menos lo mismo, ya que la tan esperada actualización a Android L se espera que vendrá con una dosis extra en seguridad, por lo que nuestros datos estarían cifrados y no podrían tener acceso a ellos.
James Commey, director del FBI, se ha mostrado preocupado por las medidas adoptadas tanto por Google como por Apple, ya que parece que se han puesto de acuerdo para mantener más protegidos de alguna manera a sus usuarios con el fin de darles mayor libertades. Lo malo es, como era de esperar, que al FBI no le ha hecho tanta gracia como a nosotros, por lo que esperan que cambien sus políticas para así permitirles el acceso a los datos privados en el caso de que fuera necesario.
Uno de los puntos fuertes en los que se apoyaba Tim Cook para su iPhone 6 era en la privacidad, manteniendo a salvo los datos de sus usuarios. Lo realmente increíble es, que absolutamente nadie tiene acceso a la información privada de los usuarios, " está encriptado y nadie tiene la llave". Apple se ha tomado muy en serio todo lo relacionado con la seguridad, ya que todavía está muy reciente el escándalo de las fotografías de las famosas tras el ataque a iCloud.
El FBI está muy preocupado con esta nueva política de encriptación y no es de extrañar, ya que a partir de ahora nadie va a tener acceso a nada. En el caso de que pasara algo grave, como un secuestro o similares, el proceso se podría ver muy alterado con esta nueva política y entorpecería las cosas. De todas formas, el investigador de seguridad Jonathan Zdiziarsky cree que Apple podría haberle dejado una minúscula posibilidad de acceso al FBI, aunque todo está en el aire.
Quizás la solución esté en buscar un punto intermedio para todos, ¿no creéis?
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