Muchas veces algo se pone de moda, todos lo probamos y, hasta unos años después de que pasa la expectación inicial, no nos damos cuenta de que la idea no era tan buena. Ahora nos vamos a preguntar si el formato 16:9 es el mejor para las pantallas de ordenador. Obviamente, en tablets ya ha quedado claro que no siempre resulta adecuado, pero ahora profundizaremos un poco más en este asunto.
La inmensa mayoría de los ordenadores (sobremesa o portátiles) apuestan por el 16:9. Algunos, muy pocos, siguen con el 16:10, un poco menos panorámico. Y ahora surgen los modelos 21:9, tan anchos como una pantalla de cine. Los demás formatos han caído en el olvido, y quedan reservados para nichos de usuarios muy concretos o se tratan de experimentos puntuales de las marcas más atrevidas.
Así que vamos a analizar si el 16:9 representa la mejor relación de aspecto para un monitor de ordenador, o si el tema resulta más complicado de lo que parece, y los fabricantes nos imponen lo que les conviene ellos y no a nosotros. Aquí empieza nuestro recorrido por este tema:
En ocasiones el 16:9 tiene sentido
Sería faltar a la verdad no reconocer que a veces un formato 16:9 resulta lo mejor. Si vemos muchas películas, series, y jugamos a videojuegos, se trata de la alternativa idónea. Casi todo el contenido se genera en este formato, así que la apuesta es clara. De hecho, se ha vuelto muy raro encontrar un televisor que no lo adopte.
Algunas películas optan por una relación de aspecto más panorámica, como el 21:9, pero no son suficiente como para justificar un monitor de este tipo. Las series no lo aprovecharían, y los juegos tampoco. Así que, para entretenimiento, el 16:9 es lo mejor.
Ahora bien, ¿no es genial poder poner una ventana al lado de la otra en tu monitor o portátil y tener a la vista dos programas distintos a la vez? Podría parecer que sí, pero en mi experiencia esto no siempre ocurre. Con una resolución 1080p (no digamos con una inferior), quizá no haya espacio para dos ventanas, como vamos a ver.
Otras veces, el 16:9 no es adecuado
Y es que, en muchos casos, intento acoplar dos ventanas en Windows, y es cuando me doy cuenta de que el 16:9 se queda corto. En muchos casos, los dos programas no se pueden mostrar por completo, así que el formato no me sirve en demasiadas ocasiones para una multitarea exigente.
Entonces, ¿es idóneo para una sola ventana? Pues está claro que no, a pesar de que los desarrolladores se esfuerzan por aprovechar el espacio disponible de la mejor manera posible. Y es que una página web va a dejar mucho espacio vacío, y se trata de una de las tareas que más se usan en una sola ventana. Por naturaleza, una página web es vertical.
Otro ejemplo lo encontramos en un documento de texto. Tienes que escribir bastante, sólo necesitas centrarte en tu página... pero casi toda la pantalla se desaprovecha en los bordes. A la hora de programar, esto también pasa muchas veces, el código se desarrolla de forma vertical y puede volverse muy largo.
Mi experiencia, cuando encuentro un viejo monitor de 4:3, es que soy más productivo y me concentro mejor que con el 16:9 de mi ordenador personal. Sí, se ve muy feo y poco moderno, pero a mí me funciona mejor. Al final, cada uno debe buscar lo que mejor se adapta a sus necesidades, pero la verdad es que los fabricantes nos lo ponen difícil.
¿Alternativas al 16:9?
Exceptuando las tablets (que suelen optar por el 4:3 frecuentemente), el dominio del 16:9 es casi total. A veces se pueden encontrar modelos 16:10, pero resulta poco común. Eso sí, para quien quiera ver películas ultrapanorámicas o trabajar con dos ventanas a las vez, el 21:9 se trata de una alternativa minoritaria que cobra fuerza, muchas veces con un panel curvado. Incluso se preparan sorprendentes modelos 32:9, aunque su futuro no parece claro.
Para quien desee maximizar su productividad, la opción más lógica es una configuración multimonitor. Aunque el 16:9 no sea perfecto para trabajar, con dos monitores, aunque resulten sencillos, podemos trabajar de manera mucho más cómoda.
En el mercado aún se pueden encontrar monitores 5:4 ("cuadrados"), pero suelen ser modelos antiguos, o bien muy profesionales. Eso sí, si te sirven para tu trabajo, ¿por qué no intentarlo? El precio que vamos a pagar no es alto, así que vale la pena darle una oportunidad. Incluso existen monitores complemente cuadrados (proporción 1:1), pero son pantallas muy de nicho.
Por otro lado, productos como la Microsoft Surface apuestan por el 3:2. Para una tablet es muy cómodo, no resulta demasiado panorámico, así que se trata de una gran alternativa. La verdad, no me molestaría que algún otro fabricante probase esa relación de aspecto en monitores y portátiles, porque podría ser interesante y cómoda.
Al final, la decisión es nuestra
Aunque el 16:9 domina, ya hemos visto que existen opciones, y es de esperar que aumenten en los próximos años. Quizá el mayor problema de escoger un formato es que, si no lo probamos durante unos días, no es fácil darse cuenta de en qué medida se adapta a nuestras necesidades.
Así que, al final, cada uno debe elegir la relación de aspecto con la que se sienta cómoda. No es fácil, no hay tantas opciones como debería, pero yo tengo claro que el 16:9 no representa la solución perfecta que durante un tiempo se pensó, porque los ordenadores se usan con muchos fines, y no pueden ser todos iguales. ¡La ventaja del PC se encuentra en su versatilidad!
¿Qué opinas del 16:9? ¿Te parece un formato que se adapta a la mayor parte de usuarios, o piensas que deberíamos tener más en donde escoger?
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