La IA trae de vuelta el debate de la piratería: periódicos, artistas y más afectados

La IA trae de vuelta el debate de la piratería: periódicos, artistas y más afectados

Para muchas personas, la palabra "piratería" evoca la imagen de copiar música o películas sin permiso. Sin embargo, hoy en día este tema se ha vuelto más complejo debido a la irrupción de la inteligencia artificial.

La IA generativa es capaz de crear textos, imágenes, vídeos, música e incluso imitar el estilo de grandes artistas, y esto ha reabierto un debate que parecía cerrado.

Empresas de IA vs autores

Ahora, la pregunta que se hacen muchos es: ¿quién protege los derechos de creadores y autores cuando la IA es capaz de producir contenido que se parece demasiado al original?

En gran parte, el problema nace de cómo se entrenan los sistemas de IA. Para que una máquina sea capaz de "crear", es necesario proporcionarle miles o millones de ejemplos.

Si estos ejemplos son artículos de periódicos, libros, canciones o ilustraciones protegidas por derechos de autor, surge un gran dilema: ¿se debería prohibir el tomar prestados tantos datos de creadores sin su permiso?

La mayoría de las leyes de propiedad intelectual se escribieron pensando en los seres humanos. Cuando alguien crea una canción o una pintura, queda claro quién es el autor, pero no se contempla el hecho de que una IA puede tomarlas y generar obras muy similares.

A esto se le añade la doctrina del "Fair Use", la cual está presente en Estados Unidos y otros países. Esta permite usar fragmentos de material protegido para fines educativos, investigativos o de crítica.

Ante las críticas, las empresas de IA se escudan siempre en que entrenar modelos con grandes cantidades de datos protegidos entra en esa categoría, aunque siguen sin convencer a muchos autores.

La última gran polémica relacionada con este tema ha sido el lanzamiento del nuevo modelo de generación de imágenes de OpenAI, con el que se pueden convertir fotos en anime con ChatGPT.

Este nuevo modelo ha animado a millones de usuarios en todo el mundo a modificar sus imágenes para aplicarles el estilo de Studio Ghibli o el de Los Simpson, entre muchos otros.

Por el momento, OpenAI no ha respondido a las preguntas sobre si posee las licencias necesarias para emular esos estilos.

Si bien existe un principio general de que el estilo en sí mismo no está protegido por derechos de autor, hay expertos que indican que la IA entra en un área dudosa cuando las imágenes generadas contienen "elementos específicos, discernibles y discretos" que son lo suficientemente similares a obras protegidas.

Por ejemplo, si un usuario genera una imagen que contiene elementos directamente reconocibles de una película, podría considerarse una infracción de derechos de autor, incluso si se presenta como una réplica de un estilo.

Pasamos ahora de los expertos legales a los artistas, que están incluso más disgustados en su mayoría.

Karla Ortiz, una artista que ya ha demandado a otros generadores de imágenes por IA por infracción de derechos de autor, cree que la generación de imágenes al estilo Ghibli es "otro claro ejemplo de cómo a empresas como OpenAI simplemente no les importa el trabajo de los artistas ni sus medios de vida".

Karla continúa diciendo que utilizar la marca, el nombre, el trabajo y la reputación de Studio Ghibli para promocionar los productos de OpenAI es un "insulto" y una "explotación".

Pero, ¿qué piensa Hayao Miyazaki, uno de los cerebros detrás de Studio Ghibli? Pues bien, con relación a esto, hay un vídeo de hace casi una década (¡sí, una década!) en el que unos jóvenes le muestran su idea de crear una máquina que pueda dibujar imágenes de la misma forma que un humano.

En su día, esto era algo difícil de imaginar, pero que ahora es algo bien común. Ante esto, Miyazaki muestra una cara que interpretamos casi como de decepción, y expresa:

"Siento que nos estamos acercando al final de los tiempos. Los humanos estamos perdiendo la fe en nosotros mismos."

En una escena anterior a este diálogo, a Miyazaki le enseñaron un modelo de IA que había aprendido a realizar movimientos en 3D. Tras ver los vídeos y escuchar las explicaciones de los jóvenes, dijo tajantemente:

"Jamás quisiera incorporar esta tecnología en mi trabajo. Siento fuertemente que esto es un insulto a la vida misma."

A pesar de toda la controversia que se está formando, a OpenAI no parece haberle importado mucho. Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, cambió su foto de perfil en las redes sociales por un retrato al estilo Ghibli.

La industria musical también ha emprendido acciones legales contra plataformas de IA de generación de música, como Suno y Udio, por usar, supuestamente, grabaciones protegidas para entrenar modelos de IA y reproducir secciones de canciones famosas en la música generada. De igual manera, estas empresas de IA se escudan también en el "Fair Use".

¿Competencia desleal de la IA?

Además del uso de materiales protegidos por derechos de autor, la IA está causando una reducción de ingresos a empresas que ganan dinero gracias al tráfico de Internet. Un claro ejemplo de ello son los periódicos digitales.

Estos dependen mucho del tráfico que reciben desde los buscadores de internet, pero ahora que la IA está integrada en los motores de búsqueda, como Gemini en Google o SearchGPT en ChatGPT, los usuarios pueden ver resúmenes de noticias que, a menudo, responden sus preguntas sin tener que visitar la página del periódico.

Al haber menos clics, hay menos ingresos por publicidad, y aunque la IA suele adjuntar la fuente de la que saca la información, los responsables de las webs no están contentos.

Uno de los casos legales más sonados ha sido el del New York Times, que demandó en 2023 a OpenAI y Microsoft por, supuestamente, utilizar millones de sus artículos protegidos por derechos de autor para entrenar sus modelos de lenguaje, sin permiso ni compensación.

En uno de los argumentos de la demanda se expone que estos modelos de IA pueden reproducir el contenido del periódico de forma literal o resumida, imitando su estilo expresivo, lo que amenaza su modelo de negocio al ofrecer información sin la necesidad de una suscripción.

El NYT también acusó a ambas empresas de eliminar información de derechos de autor de sus artículos durante el proceso de entrenamiento.

Ante esto, OpenAI y Microsoft se defienden con que usar sus artículos entra dentro del ya mencionado "Fair Use". También afirman que los resultados de la IA no son copias directas y están protegidos por la libertad de expresión, y que han tomado medidas para evitar la reproducción literal del contenido.

La lista de perjudicados por la IA, ya sea directa o indirectamente, es casi interminable, pero esta tecnología es inevitable, y solo queda unirse a ella para mejorar la productividad y la creatividad o luchar en desventaja.

No obstante, creemos que la situación se calmaría si se creasen acuerdos o licencias para que los autores recibieran compensaciones justas cuando se utilizan sus creaciones para entrenar modelos de IA.

Sin embargo, y como es obvio, a las empresas que mantienen estos sistemas de inteligencia artificial no les interesa dar dinero a tantos autores cuando, de momento, no están obligados a ello.

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Vía: APNews

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Sobre el autor
Francisco Vicente
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Amante a partes iguales de la escritura y la tecnología, la cual nunca para de avanzar y sorprendernos a un ritmo vertiginoso. ¡En 30 años hemos avanzado más que en un siglo entero! Cursé un Grado Superior en Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma (DAM). A nivel profesional, he trabajado como copywriter, revisor de calidad y especialista SEO. Poseo un amplio conocimiento informático, destacando en áreas como plataformas de streaming, aplicaciones y Android.