La vida emocional de un menor era más fácil hace unos años atrás, cuando la tecnología no obligaba a exponer su vida personal ante todos. Atrás quedaron esos días donde el error o la sensibilidad podían pasar desapercibidas.
Para evitar conflictos emocionales, los padres de ahora necesitan tener mayor empatía con sus hijos, pero algunos lo confunden con sobreprotección que en muchos casos puede empeorar la situación.
Cuando los padres deciden revisar o espiar los dispositivos de sus hijos, se dice que se está vulnerando la privacidad del menor, creando una gran polémica en cuanto al respeto a la intimidad de una persona.
Por otro lado, no podemos negar que los padres o tutores legales están amparados por la constitución para tomar todas las decisiones que aseguren salvaguardar la total integridad de los menores.
Eliminar la interacción de redes sociales o la intromisión en sus actividades, no facilitará el desenvolvimiento del menor ni muchos menos la madurez del mismo. Por lo que buscar otras alternativas de acercamiento podrían ser una mejor opción.
Si bien las redes sociales y otras aplicaciones de comunicación integran a las personas, irónicamente destruye la interacción familiar, situación que los padres deben afrontar y cambiar para mejorar la confianza del menor y evitar que pasen por los peligros que el Internet ofrece.
Existen muchos peligros que nacieron gracias al Internet, como el Sexting, que es el envío de fotos íntimas a la pareja o a quien se quiera conquistar con el riesgo de que estos se vuelvan virales o sean usados con otros fines, como pedofilia o proxenetismo.
¿A qué peligros en Internet se enfrentan nuestros hijos?
Los peligros físicos a lo que muchos menores están o estuvieron expuestos han evolucionado y reforzado con la llegada del Internet, los más comunes son el Grooming y Ciberbullying.
¿Qué es el grooming?
Se compone de todas las acciones que hace un adulto para acercarse a un menor con la finalidad de obtener placer sexual. Estos pedófilos aprovechan la información que puedan obtener de los perfiles de sus víctimas o de su entorno.
Muchas veces se comparte, en redes sociales, más de lo que se debe, con quienes no se debería, haciendo más fácil el camino para llegar a los menores, por eso no es de extrañar que muchos agresores sean cercanos al círculo de la familia.
Aunque no siempre son cercanos, muchos de estos pedófilos aprovechan los gustos o ídolos de moda para engañar a sus víctimas con falsas de promesas a cambio de que les envíen fotos íntimas o tengan encuentros sexuales, que luego terminan en amenazas si no cumplen con lo solicitado.
¿Qué es el ciberbullying?
Es una forma de acoso muy antigua y que todos lo hemos pasado en algún momento, pero sin tener tantos espectadores que sean crueles y sobre todo agresores de la misma edad de la víctima.
El manejo de teléfonos inteligentes y la captura de imágenes o vídeos de gran definición han ayudado a viralizar escenas y fotos de humillación entre los menores, ya sean peleas, burlas en grupo o algún defecto físico de la víctima.
Como consecuencia, estos menores tendrán una baja autoestima, depresión crónica y hasta pueden atentar con su vida, creyendo que están solos en esta pelea.
Los padres tienen la tarea imperante de educar a los menores en cuanto al uso y manejo de redes sociales, la importancia del tipo de contenido a compartir y de las personas con quienes contactar, para evitar que se conviertan en una víctima más de las malas prácticas en Internet.
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