Tras siete años de espera, al fin los dueños de los iPhone con una batería manipulada por Apple recibirán una indemnización de hasta 150 dólares canadienses. En Estados Unidos los pagos comenzaron hace unos meses, y ahora los consumidores canadienses obtendrán una compensación por la discutible praxis de la compañía.
El escándalo denominado "batterygate" planteó dudas muy razonables de que Apple estaba manipulando los iPhone para que fueran más lentos, lo que incentivaba la renovación. Un escándalo que estalló en 2017, y que ha tenido a los afectados pendientes de la resolución de denuncias como esta hasta 2024.
La cuantía de la indemnización varía entre los 17,5 y 150 dólares canadienses, en función del modelo de iPhone, fruto de un acuerdo entre Apple y el bufete de abogados que denunció el problema. En Estados Unidos, algunos usuarios recibieron indemnizaciones a principios de 2024, pero en muchos otros países nunca lo harán.
Este acuerdo es fruto de una "class action", un tipo de proceso judicial común en Estados Unidos, donde un grupo de consumidores demanda a una empresa. En España deben realizarse las denuncias de manera individual, lo que dificulta mucho a los consumidores defender sus derechos, y la denuncia de la OCU por el "batterygate" del iPhone no ha dado frutos.
Para recibir el dinero, los afectados deben tener un iPhone de la lista con el sistema operativo indicado antes del 21 de diciembre de 2017:
- iPhone 6 o 6 Plus con iOS 10.2.1.
- iPhone 6s o 6s Plus con iOS 10.2.1.
- iPhone SE (1ª generación) con iOS 10.2.1.
- iPhone 7 o 7 Plus con iOS 11.2.
En realidad, esta indemnización es resultado de un acuerdo sin que haya sentencia judicial. Apple destinará más de 14 millones de dólares para terminar el proceso, pero no admite las acusaciones de manipulación, postura que ha mantenido desde el primer momento.
El "batterygate" puso la credibilidad de Apple en cuestión
El origen del escándalo fue la actualización a iOS 10.2.1, que de manera secreta incluía una función de gestión de energía. Cuando la capacidad de la batería de un iPhone se reducía por la degradación propia del uso, reducía artificialmente el rendimiento del teléfono, lo que hacía pensar a algunos usuarios que ya era momento de sustituirlo.
Cuando se descubrió este sistema, Apple se defendió diciendo que era necesario para que los móviles no se apagasen súbitamente cuando la batería reducía su capacidad. Muchos consumidores no creyeron su versión, y de ahí partieron estas denuncias por lo que consideraban que era un fraude.
Apple respondió al escándalo con una rebaja de la sustitución de las baterías, pero la gestión de energía se mantuvo. De manera mucho más transparente, los posteriores modelos de iPhone mantuvieron sistemas similares que reducían el rendimiento del procesador si la capacidad máxima de la batería se degradaba.
Desde luego, no es la sentencia ejemplar que los perjudicados por Apple esperaban. Quizá por eso la empresa se ha confiado, y ha presentado un soporte para las tiendas de desarrolladores externos en iPhone que difícilmente tiene encaje en la legislación europea que le obliga a ofrecerlo.
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