En China muy pocas cosas pueden sorprender, como por ejemplo que exista el KFC Phone, el teléfono de Huawei por el 30 aniversario de Kentucky Fried Chicken. Se trata de un terminal creado entre el fabricante asiático y la empresa de comida rápida para conquistar la mirada de su amplio y extravagante mercado.
Se trata de un terminal edición limitada por supuesto, como también es muy probable que no salga de esas fronteras.En su carcasa vemos el logo de KFC grabado con láser en la tapa trasera del móvil, para que los amantes del pollo siempre puedan recordar su pasión, incluso si sólo están haciendo una llamada.
Características del KFC Phone
La noticia es que KFC haya creado un móvil, pero debemos saber qué tipo de móvil es y es que se trata de un smartphone de 5 pulgadas con pantalla HD y cuerpo de aluminio, además integra un procesador gama de entrada Qualcomm Snapdragon 425, que tiene 3GB de memoria RAM y cuenta con almacenamiento interno de 32GB, muy por encima de lo que ofrecen los terminales de su tipo.
La batería es de una capacidad muy prometedora, cuenta con 3.020 mAh, que para muchos modelos es más que suficiente para funcionar todo el día sin volver al cargador, además cuenta con lector de huellas en la parte trasera y le da un valor mayor frente a la gama baja que pertenece.
Serán en total solamente 5 mil unidades de este dispositivo, por lo que realmente se trata de un acto simbólico, ya que esa cantidad de dispositivos puede venderlas en horas cualquier fabricante con un nuevo móvil y más aún si se trata de un teléfono barato.
Como es de esperarse, el terminal tendrá como protagonista la app de KFC de forma nativa y desde la cual se pueden realizar pedidos, también integrará un servicio de música streaming propio de la cadena de comida rápida, que permite crear listas de reproducción y compartirlas cuando comas en alguno de sus restaurantes.
El precio del KFC Phone, el teléfono de Huawei por el 30 aniversario de Kentucky Fried Chicken, es de unos 140 euros al cambio, así que si pensabas ver uno de estos particulares terminales en las calles de Madrid o Barcelona, la verdad es que no hay muchas esperanzas de ello.
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