La UE aprueba que las baterías de los móviles sean fácilmente reemplazables

La UE aprueba que las baterías de los móviles sean fácilmente reemplazables

La Unión Europea ha aprobado la obligación de que las baterías de móviles, portátiles y otros gadgets sean fácilmente reemplazables, algo que actualmente no suele ser sencillo. El objetivo es volver más sostenible el uso de baterías, que ya están suponiendo un problema ambiental y económico considerable.

Nosotros hemos explicado algunas cosas que están dañando la batería del móvil, porque cada vez que se carga una batería se reduce su capacidad máxima. En los modelos actuales, la capacidad máxima suele bajar del 80% tras unos 800 ciclos de carga y descarga.

Es decir, que en unos dos años podríamos tener un móvil, tablet o portátil cuya autonomía se ha reducido de manera muy significativa. La Unión Europea quiere que las baterías sean fácilmente reemplazables por el usuario para evitar que los smartphones acaben desechados cuando baja su autonomía, lo que no deja de ser un tipo de obsolescencia programada.

La idea es que el comprador pueda hacerse con una batería nueva y cambiarla por sí mismo, así recuperará la autonomía de cuando compró el teléfono móvil, u otro gadget. Cambiar la batería de algunos móviles es bastante complejo y, en casos como los iPhone, la marca hace todo lo posible para que tengamos que pagar los altísimos precios del servicio técnico oficial.

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Ahora los fabricantes tienen 3 años y medio para adaptarse, así que aún tardaremos en comprobar los resultados. Desde luego, va a suponer un reto, pues los móviles, tablets o portátiles actuales han conseguido ser tan delgados al sustituir muchos tornillos por pegamento.

Eso sí, no se indica exactamente cómo podrán cambiarse las baterías, así que no debemos dar por hecho que volverá a ser tan sencillo como retirar la tapa trasera y sustituirla, pues quizá las marcas de móviles opten por algún diseño nuevo que requiera herramientas sencillas.

Esta legislación afecta también a gadgets como auriculares o smartwatches, que no son nada fáciles de abrir, así que los fabricantes quizá tendrán que hacer sacrificios en su diseño para cumplir los requisitos ambientales.

En realidad, las normas para las baterías de vehículos eléctricos son incluso más rígidas, y los fabricantes deberán incluir información de la huella de carbono (CO₂ emitido en su fabricación) y otros detalles técnicos.

Por otro lado, los compradores tendrán derecho a enviar sus baterías a reciclar cuando termine su vida útil, con unos objetivos de reciclaje más estrictos. En el 2023 será del 45%, subirá al 63% en el 2027 y se espera que llegue al 73% en 2031.

También se fijan cantidades mínimas de cada material a recuperar en el reciclaje (como el litio, cobalto, cobre, níquel o plomo) y, dentro de 8 años, a las nuevas baterías que se fabriquen habrán de incorporar ciertos porcentajes de material reciclado.

La Unión Europa ha forzado, tras años de debate, a que el iPhone emplee un puerto USB C como los demás móviles del mercado, así que esperemos que esta iniciativa no tarde tanto en dar resultados prácticos.

Desde luego, las baterías reemplazables aportarán ventajas a los móviles, como alargar su vida útil cuando la autonomía se reduzca, o la opción de llevar encima una batería de reemplazo, pero quizá obligue a hacerlos un poco más gruesos.

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