Amazon se ha convertido en un gigante del comercio online gracias a su alta competitividad, pero ahora algunos vendedores y socios de Amazon la acusan de robar datos, bajo el pretexto de una colaboración, y dejarlos de lado después de obtener la información.
Entre los vendedores externos de Amazon hay casos de empresas españolas afectadas, que incluso preparan acciones legales. Por ejemplo, Saturday Trade, que alcanzó los 16 millones de euros en ventas de Amazon, y ahora ya no vende allí.
Según las acusaciones, Amazon usaría el sistema contra los productos falsificados de forma, como mínimo, poco ética. Los vendedores deben enviar a Amazon una factura de compra cuando se les acusa de vender falsificaciones, incluyendo los datos del fabricante.
De acuerdo a los afectados, sería habitual que Amazon utilizara esta información para contactar con los fabricantes, lo que le permitiría vender directamente los productos que considera más atractivos.
Así lograría bajar los precios, y el vendedor del que obtuvo los datos acabaría expulsado de la plataforma, incapaz de competir con la propia Amazon.
En el caso de la española Saturday Trade no se plantea denunciar a Amazon por esta práctica, que sería grave, pero difícil a la hora de obtener una condena. Lo que pretende reclamar son 2,5 millones de euros de mercancía que afirma que perdió por culpa de Amazon.
Se tratarían de falsificaciones destruidas por Amazon sin la debida justificación, productos que no devolvió al vendedor o que devolvió en mal estado. De hecho, la empresa propone ayudar a otras compañías españolas afectadas si quieren unirse a la demanda.
La nube de Amazon también vive la polémica
Amazon Web Services es la otra gran división del gigante, que ofrece su infraestructura para que páginas web, apps y otros servicios puedan funcionar desde Internet.
También desde este frente hay quejas, como las de DefinedCrowd. Esta empresa estadounidense dedicada a la inteligencia artificial recibió una inversión de Amazon, lo que supuso una serie de negociaciones donde compartieron información de su tecnología.
Según DefinedCrowd, el servicio A2I que Amazon lanzó cuatro años después se basaba en su trabajo, y considera que la inversión solo tenía el objetivo de acceder a sus datos.
Otras empresas tecnológicas apuntan en la misma dirección: sería común que Amazon iniciase negociaciones o realizase inversiones para imitar el trabajo de esas pequeñas empresas, ahorrando en el desarrollo propio.
La idea de colaborar con una gran multinacional haría que fueran confiados en las negociaciones, pero cuando Amazon lanza un producto o servicio similar quedan en peligro de ser expulsadas del mercado.
Compitiendo en segmentos muy variados, desde los altavoces Amazon Echo hasta la producción de series para Amazon Prime Video, la tienda online ha crecido de forma rápida y agresiva, aunque muchos vendedores y socios de Amazon se sienten engañados, así que tendremos que ver cómo se pronuncian los tribunales sobre el problema.
Vía: The Wall Street Journal y El Confidencial
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