¿Qué ocurriría si Google dejara de funcionar durante mucho tiempo?

¿Qué ocurriría si Google dejara de funcionar durante mucho tiempo?

Cada vez que Google se cae, cada vez que no podemos usar por un problema técnico YouTube, Gmail, Drive o cualquiera de los servicios del gigante estadounidense, el mundo entero sufre una sacudida. Las redes sociales se enervan, los teléfonos vuelven a sonar, el día a día se quiebra. ¿Realmente somos tan dependientes de Google? ¿Qué pasaría si, de repente, todos sus servicios dejaran de funcionar?

Seguro que más de uno os hicisteis esta pregunta cuando, el pasado lunes 14 de diciembre, Gmail, YouTube, Meet o Drive se cayeron durante casi una hora en medio mundo. ¿Y ahora qué? ¿Cómo respondo al correo que me acaban de enviar? ¿Cómo accedo a ese documento de Drive en el que estaba trabajando? ¿Y esa entrevista de trabajo que iba a hacer por Google Meet?

Google ha conseguido adentrarse en nuestro día a día hasta ser indispensable. Es verdad, existen multitud de alternativas que cuentan con servicios similares, pero la mayoría de nosotros nos hemos dejado seducir por la comodidad que suponen sus servicios, la vinculación entre ellos. Nos resultaría difícil vivir sin Google.

Más complicada la gestión del teletrabajo

En este tiempo de pandemia, la tecnología se ha convertido en el principal aliado para continuar con una vida más o menos normal. La app de videollamadas de Google, Google Meet, por ejemplo, ha servido para que el contacto directo con nuestros compañeros siga siendo posible, pese a no estar en la misma oficina.

Si Google dejase de funcionar, tenemos muchas alternativas a Google Meet. Sin embargo, en caso de encontrarnos en una empresa grande, la búsqueda y gestión para equipos de tamaño importante de una nueva plataforma de videollamadas puede ser un trabajo arduo que ralentice la gestión de tu trabajo.

Para alguien que teletrabaja, que se caiga Google, con tantos servicios asociados a su marca, puede suponer una desconexión casi total. ¿Qué ocurrirá con el documento de Drive en el que están trabajando varias personas y que se queda ahí, perdido en la nube, sin nadie que sea capaz de rescatarlo del mundo virtual e insuflarle vida?

Imagen - ¿Cómo sería nuestro día a día sin Google?

¿Y si estamos en clase? ¿Y si la profesora o profesor nos está explicando por Google Classroom la fórmula matemática de la Relatividad General y al llegar al punto álgido, de repente, se cae la plataforma y nos quedamos con dos palmos de narices?

Nosotros te recomendaríamos en ese caso que retomaseis el estudio en alguna de las muchas plataformas educativas para profesores y alumnos que existen. Pero es verdad que una explicación compleja como esa puede generar que cualquier interrupción nos haga perder el hilo. En cualquier caso, habrá que contactar con todos los alumnos para enviarles el nuevo enlace. La forma más sencilla, mediante un correo electrónico.

Ahora bien, claro, resulta que hoy en día la mayor parte de nosotros utilizamos Gmail. Y Gmail forma parte del ecosistema de Google. Así que si Google deja de funcionar también lo hace Gmail, como ocurrió el pasado 14 de diciembre.

Gmail, el correo electrónico más utilizado

Gmail es el líder absoluto entre los servidores de correo electrónico y alrededor de 1.500 millones de personas tienen cuenta en él. Con estas cifras podemos entender que la desaparición de su servicio vaciaría la bandeja de entrada de millones de recuerdos, de correos importantes de trabajo, de cartas de amor guardadas durante años o de facturas impagadas. La volatilización de Gmail supondría un importante cambio en nuestro modo de comunicarnos.

Y sigamos con nuestro día a día y sus imprevisibles cambios ante una caída prolongada de Google. Nos detenemos ahora en Google Maps. Sin él, el caos circulatorio de todo tipo, en las carreteras y autopistas y también entre peatones despistados, podría ser extraordinario.

Cada vez es más difícil encontrar un turista (mucho menos en tiempos de pandemia) doblando y desdoblando un mapa incontrolable en el centro de una ciudad. Y ya no digamos a un conductor consultando su mapa de carreteras para saber qué salida ha de tomar para llegar a su destino. Google Maps prácticamente ha finiquitado la forma habitual que teníamos para orientarnos.

Imagen - ¿Cómo sería nuestro día a día sin Google?

Volvemos a lo mismo. Encontramos también otras aplicaciones similares a Google Maps que podrían servir para paliar su ausencia, pero existen muchas funciones vinculadas a los servicios de la empresa californiana, como saber las tiendas y restaurantes que están abiertas en la zona en la que nos encontramos, que dependen directamente de los servicios de Google y están asociados a Maps.

Y qué decir, por ejemplo, para ciertos profesionales que dependen directamente de Google. Estamos pensando, por ejemplo, en los conductores de Uber, cuyos usuarios utilizan Google Maps para contratar sus servicios y a los que la falta de esa herramienta implicaría pérdidas millonarias.

Nos quedaríamos sin YouTube

Si Google desapareciera querríamos desahogarnos rápidamente en nuestro canal de YouTube. Pero al tratar de subir nuestra bien estructurada diatriba sobre lo desolador que es un mundo sin Google, nos daríamos cuenta de que no tenemos canal de YouTube, porque, sí, YouTube también es de Google.

Haríamos como tantos youtubers y probaríamos una nueva plataforma. Lo decimos otra vez, Internet es un mundo muy grande, las alternativas son muchas. Pero Google es como el servicio de metro en las grandes ciudades. Hay otras opciones de transporte para llegar a nuestro destino, pero lo tenemos tan interiorizado que, cuando hay una huelga, la ciudad se colapsa.

Habrá quien sienta tal impacto que no podrá esperar para consultar con un especialista de qué manera superar este cambio en nuestra rutina. Ahora bien, nuestro día a día tiene tantos matices que a veces nos resulta difícil recordar todo y, en este caso, Google Calendar no nos daría el aviso de cuándo es nuestra cita, por lo que podríamos quedarnos sin la sesión que tanto necesitamos.

Por supuesto es posible vivir sin Google, pero también es mucho más trabajoso. Configurar, por ejemplo, un móvil sin los servicios habituales de Android, que no cuente con Google Play, se hace mucho más enrevesado. Es evidente que la cuenta de Google facilita, y mucho, el proceso de configuración inicial de cualquier nuevo smartphone.

Todo un ecosistema vinculado con nuestra rutina

Bueno, diréis algunos, pues si Google nos deja en el limbo, es el momento perfecto para retomar la lectura que teníamos abandonada. Ante un buen libro no hay tecnología que se resista. Y es verdad. Eso sí, olvidaos de pedir a Google Home que os encienda vuestra luz de posición para empezar a leer. Bueno, y antes de dormir no os olvidéis de poner la alarma en el móvil, que Google Home no nos va a despertar a primera hora.

Hoy, el buscador de Google cuenta con alrededor del 90% del mercado. Bing, DuckDuckGo o el buscador de Yahoo son opciones igual de interesantes y fáciles de usar, aunque siempre es un poco molesto adaptarse a las características propias de cada uno, sobre todo cuando ya nos conocemos Google de memoria. Y es que, de algún modo, se ha convertido en el pasillo digital de nuestro hogar.

Por otro lado, también Chrome, el navegador de Google, es el más utilizado. Aunque en este caso es cierto que la competencia es mucho más fuerte y casi todos hemos probado alguna vez Firefox o Safari, entre muchos otros.

El catálogo de complicaciones en nuestra cotidianeidad sin Google es interminable. Para muchas tiendas, Google Shopping es casi su forma de vida. Este comparador de precios que ofrece Google genera buena parte de sus ingresos.

Analizar los datos de nuestra web sin Google Analytics puede ser mucho más complicado y adaptarnos a una herramienta nueva tan especializada sería especialmente complicado.

¿Y qué decir de Google Translate? ¿Cuántos de nosotros estamos acostumbrados a usar el traductor de Google cuando no entendemos algo en otro idioma? Estamos seguros de que podremos seguir utilizándolo mucho tiempo, pero no está de más conocer otras opciones muy fiables, DeepL, por ejemplo.

Como ves, vivimos rodeados por los servicios de Google. Es verdad que existen infinidad de alternativas a sus diferentes herramientas, que algunas son igual de buenas y que otras incluso las mejoran. Pero tenemos todo su ecosistema tan integrado en nuestro día a día que la ausencia de Google nos pondría realmente en más de un aprieto.

Basta que observemos lo que sucedió a los pocos instantes de que se cayese Google hace unos días. Las redes sociales se llenaron de todo tipo de comentarios, de preguntas e incomprensión ante lo que estaba ocurriendo, los periódicos digitales llevaron el hecho y sus consecuencias a sus portadas. Y eso que apenas estuvieron tres cuartos de hora inutilizados algunos de sus servicios.

Vivir sin Google es posible, de eso estamos seguros. Lo han hecho generaciones y generaciones antes que nosotros. Pero tal y como tenemos montado el día a día en Occidente no parece una opción muy apetecible. Pueden ser lícitas las críticas a su extraordinaria influencia, a su enorme poder sobre la sociedad, pero no lo es menos que, hoy por hoy, su ausencia dificultaría nuestros quehaceres cotidianos de una manera considerable.

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