Luego de muchas polémicas, finalmente Wordle es comprado por The New York Times. El popular juego online que no tiene app oficial, sino que debes ingresar desde la versión web, ha dejado las manos de su creador Josh Wardle y pasa ahora a engordar la lista de los muy importantes juegos de esta cartera.
Wordle se suma entonces a una tradición que nació en 1942 con The Crossword y que ha ido creciendo con el tiempo con otros títulos como The Mini Crossword, Spelling Bee, Letter Boxed, Tiles y Vertex, acumulando unas 500 millones de visitas, solamente en 2021, solamente en diciembre del año pasado The New York Times acumuló un millón de suscriptores a juegos, que ahora tendrá también el popular título.
Una transacción pequeña y de bajo perfil
La venta de Wordle sucedió con mucha discreción, en un momento en el que este título atravesaba grandes problemas con copias y versiones no autorizadas, provocando la eliminación de decenas de títulos en las principales tiendas de aplicaciones y recibiendo también los señalamientos de los seguidores a través de las redes sociales.
Wordle se hizo popular en octubre de 2021, cuando el ingeniero de software y creador decidió compartir este sencillo juego con amigos y colegas a través de WhatsApp y sin ningún tipo de interés más allá de la recreación, desde entonces su viralidad consiguió que en apenas dos meses más de 300 mil personas estuvieran jugando. En la actualidad, el juego cuenta con millones de jugadores diarios.
La venta de Wordle fue realizada por una cantidad de siete cifras bajas, superando el millón de dólares, un precio muy modesto para el éxito que ha tenido el título en tan poco tiempo, lo que deja ver que ciertamente su creador no tenía demasiadas intenciones de sacar mucho dinero con su juego, en su lugar prefirió el prestigio y la relevancia que puede significar que uno de sus juegos ahora esté en el catálogo de The New York Times.
El juego Wordle continuará siendo gratis para sus jugadores y la empresa se ha comprometido a no realizar ningún tipo de cambio en el diseño del mismo.
Vía: The New York Times
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