La obsolescencia programada es un tema a debate desde hace años. Su "uso" proliferó con la llegada de los smartphones, televisiones inteligentes, portátiles y la tecnología de consumo.
Y ahí está la clave, en el consumo. La sociedad en la que hemos crecido, y no tiene pinta de que vaya a cambiar, nos ha hecho consumistas. Tenemos un móvil, llamemosle A, y a los 6 meses sale el modelo nuevo A+. Es aquí donde empieza el problema en el abuso de los medios de producción.
Saber qué es la obsolescencia programada y dónde se encuentra, es clave para las compras futuras en tecnología de consumo. Aunque te decimos desde ya, que es una lucha sin sentido ya que la industria manda en el terreno.
Nos están incentivando a comprar de forma obsesiva y compulsiva, con la excusa de que lo nuevo es lo mejor. Pero no es exactamente así, lo nuevo puede ser lo mejor, sencillamente porque es más nuevo que lo que tienes entre tus manos y todo lo que nos rodea tiene fecha de caducidad, así que algún día dejará de ser nuevo, o sencillamente morirá.
¿Alguna vez, sin motivo aparente, te ha dejado de funcionar algún aparato electrónico? Ponemos de ejemplo una lavadora, o incluso un smartphone. Todo en esta vida tiene fecha de caducidad (obsolescencia programada), una vez que nace, todos conocemos cómo vamos a terminar.
Básicamente esta es la lucha constante entre la sociedad consciente y la impuesta obsolescencia programada. Es decir, es la propia industria la que pone fecha de caducidad a los aparatos y tecnología de consumo.
Con los avances que hay hoy en día, un smartphone actual podría durar 4 años perfectamente a pleno rendimiento y otros dos más a un nivel medio, y en el tramo final tendría un rendimiento bastante bajo casi nulo, lo que se conoce como pisapapeles.
Pero... ¿Cuál es la realidad? Pues todo lo contrario a la teoría del párrafo anterior. Un móvil, siguiendo con el ejemplo del smartphone, dura a pleno rendimiento un año o año y poco, después baja y si consigues estirarlo hasta los 3 años (enhorabuena, por cierto) tienes un móvil que no recibe actualizaciones de software y en el que las aplicaciones como Facebook, Pokemon GO, e incluso WhatsApp, ya no tienen soporte.
Estos hechos obligan al usuario a "modernizarse", es decir, nos obligan a obtener lo nuevo. Lo último que ha salido al mercado es lo que debes tener.
La tecnología y sus avances, no son malos, en absoluto, lo malo es la obsolescencia programada que nos han impuesto para que no nos quedemos estancados.
La obsolescencia programada, dicho de una forma más técnica, es la programación previa de la vida útil del producto. Es decir, si de antemano se ha calculado que puede durar 2 años, a partir de esa fecha y casi sin motivo aparente su rendimiento bajará y en el peor de los casos morirá.
Atentos al dato que te hemos dado: vida útil. ¿Quién determina qué vida tiene cada cosa? ¿Dónde termina lo útil?
El ejemplo más curioso es una bombilla que lleva encendida, nada más y nada menos, que 117 años y se encuentra en California. Las bombillas de ahora nos dicen directamente: 20.000 horas. Algunas no llegan ni a la mitad. Ningún ser humano en su sano juicio se pone a contar las horas que está usando esa bombilla, simplemente buscamos la que más nos vaya a durar.
Es un ejemplo claro de obsolescencia programada. hasta el punto de descaro, en el que nos informan que eso que estás comprando va a morir dentro de cierto tiempo u horas de uso.
Y ahí te hemos dado otro dato: "lo que más me dure". ¿Quién no ha ido a comprar un portátil, un ratón, una tablet, o un simple bolígrafo capacitivo y ha dicho esa frase? Me confieso, yo lo he hecho.
Y se trata de algo lógico. La inversión económica en nuestros días supone un riesgo. Por ejemplo si nos decantamos por un convertible que supera los 1.000 €, obviamente queremos que nos dure mínimo 4 o 5 años y que nos rinda a diario.
Pero la realidad será que nos rendirá perfectamente un año y poco y después empezarán los fallos en la pantalla, los sobrecalentamientos, ya los procesamientos no los hace rápidos, tarda más en encenderse, etc.
Hubo un intento, hace pocos años, de eliminar la obsolescencia programada, pero fue inútil. Nunca más se supo de aquello, incluso la Unión Europea se metió de por medio, pero nada más hasta la fecha.
Desde los organismos superiores se intentó motivar e incentivar para decir adiós a la obsolescencia programada en electrodomésticos, portátiles, smartphones, etc. Pero nunca se supo nada de aquellos intentos.
Es cierto que algunas empresas como Casio no incluyen la obsolescencia programada en sus productos pero otras como Apple, Samsung, Microsoft, etc. abusan, y mucho, de la obsolescencia programada.
Ahora ya sabes lo que es la obsolescencia programada y cómo nos la intentan colar en los productos de electrónica de consumo.
¿Qué opinas de la obsolescencia programada? ¿Crees que eliminarán alguna vez la obsolescencia programada? ¿Has notado la obsolescencia programada en tus productos electrónicos?
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