Review: Microsoft Surface Pro 6, la portabilidad como máximo vital

Review: Microsoft Surface Pro 6, la portabilidad como máximo vital

La Microsoft Surface Pro 6 de esta review es uno de esos dispositivos de los que cuesta desprenderse una vez has pasado 5 minutos trabajando con él. Una de las soluciones más flexibles de todo el panorama Windows 10 que llega a su sexta edición recuperando orgullosa el número en el nombre.

A Microsoft le costó dar con la tecla correcta y a priori definitiva cuando comenzó su andadura Surface. Un par de primeras generaciones en las que incluso se llegaron a hacer chistes (todos recordamos la nevera-tostadora) y que ha demostrado su poder a golpe de buenos resultados año tras año.

La Surface Pro 3 significó un salto cualitativo que ha ido conservando el momento de inercia sin aparentes grandes cambios de concepto hasta esta sexta edición que tenemos hoy entre manos.

Bueno, debemos ser justos con Microsoft. Lo cierto es que los cambios no solo han pasado por ir actualizando las entrañas con procesadores nuevos y más rápidos. Hay todo un equipo de ingenieros y diseñadores con Panos Panay como cabeza visible que han ido afinando el producto hasta tal punto que nos parece complicado hacerlo mejor.

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Hoy en día no concebimos una Surface sin su excelente Surface Pen y sin un teclado que hace las veces de protector de pantalla físico a la vez que de funda. hablaremos de ambos accesorios a lo largo de la review.

Diseñada para durar

Nos metemos de lleno en uno de los terrenos donde la Surface Pro 6 se encuentra más cómoda. Se notan las ediciones de experiencia recurriendo a la aleación del magnesio que proporciona ese color gris tan característico.

La construcción de la Surface es excepcional. No esperábamos tampoco otra cosa en algo con un precio de partida objetivamente elevado y que juega en los campos de las gamas más premium de cualquier fabricante tradicional.

Con unas dimensiones de 201,4 x 292,1 x 8,5 mm, esta Surface Pro 6 goza de un diseño limpio y minimalista con muy pocos detalles que nos distraigan. Quizá el más grande, y también característico, sea el logo de la marca de Redmond en la parte trasera y grabado en el kickstand (o peana) trasero.

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A colación del kickstand, una de las mejoras que han ido incorporando a lo largo de las versiones es la cantidad de posiciones infinitas con la que cuenta la Surface Pro 6 (hubo modelos que solo dejaban ajustarse en tres posiciones) y los ángulos que se pueden conseguir.

Podemos colocar la Surface Pro 6 con diferentes ángulos que se ajustarán a nuestras necesidades, incluso a las de los más exigentes con el lápiz con la peana completamente abierta y una postura ideal para dibujar y diseñar.

El frontal está ocupado casi en su totalidad por una pantalla (concretamente el 76,86% de ocupación de pantalla respecto a la superficie total). Un panel excepcional del que hablaremos más adelante en profundidad con unos marcos que nos dejan algo fríos.

Es cierto que las 12,3 pulgadas con las que cuenta la Surface Pro 6 pueden ser más que suficientes para según qué propósitos, pero no está reñido con que los chicos de Redmond reduzcan unos milímetros los marcos y ganar unas fracciones de pulgadas.

El formato 3:2 nos parece el correcto y también entendemos que se puedan dejar unos márgenes para sujetar la Surface Pro 6 cuando la tengamos en la mano. Pero tenemos que dar un pequeño tirón de orejas porque hoy en día existen dispositivos con márgenes más delgados que aprovechan mejor el frontal.

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El canto inferior de la Surface Pro 6 tiene el clásico conector propietario de la marca que nos servirá para conectar el teclado.

El canto derecho únicamente tiene el puerto de carga (también propietario), un puerto USB 3.0 y un puerto DVI para conectar una pantalla auxiliar. En el canto izquierdo tan solo tenemos el puerto minijack de 3,5 mm que nos servirá tanto de entrada como de salida de audio.

Echamos de menos que Microsoft no se haya decantado por implementar un USB Tipo C. La cantidad de accesorios con los que ampliar los que la Surface trae de serie tiende al infinito y es quizá el aspecto más negativo de este nuevo dispositivo de Microsoft.

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Microsoft Surface Pro 6, ficha técnica

La Microsoft Surface Pro 6 es un dispositivo de gama muy alta y se traduce directamente en la hoja de especificaciones. Procesadores de última hornada, buena configuración de la memoria RAM, disco SSD y una pantalla con soporte para Surface Pen que haría las delicias de cualquiera.

Pantalla 12,3 pulgadas PixelSense 2.736 x 1.824 píxeles.
Procesador Intel Core i5-8250U o Intel Core i7-8650.
Memoria RAM 8 o 16 GB.
Almacenamiento interno SSD de 128, 256, 512 GB o 1 TB.
Cámara trasera 8 megapíxeles.
Cámara delantera 5 megapíxeles con soporte para Windows Hello.
Conectividad WiFi, Bluetooth 4.1.
Puertos 1 USB 3.0, minijack de 3,5 mm, Mini DisplayPort, 1 Surface Connect, puerto para teclado y lector tarjetas MicroSDXC.
Sensores compatible con Surface Dial, sensor luz ambiental, acelerómetro, giroscopio.
Sistema operativo Windows 10 .

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Windows 10: muchas luces y alguna sombra

Como no podía ser de otra forma, la Microsoft Surface Pro 6 recurre al todopoderoso Windows 10 desarrollado en la casa para formar el dúo perfecto. Un sistema operativo muy probado y que va camino de los 4 años de andadura que va madurando en algunos aspectos y estancándose en otros.

Va madurando en el terreno de la estabilidad y funciones. Windows 10 no comenzó con el mejor pie, pero se ha ido labrando un nombre excepcional en prácticamente todos los entornos.

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Una estabilidad nunca vista antes sin perder la retrocompatibilidad con muchos elementos que se han ido heredando de otras versiones. A la vez que se añaden nuevas mejoras y funciones actualización tras actualización.

Va estancándose en una guerra de aplicaciones que Microsoft nunca supo finiquitar. Y que arrastra el justo sambenito desde el pretérito Windows Phone hasta la apuesta por un entorno universal que tampoco llegó a despegar nunca.

Desde luego que no ha sido porque Microsoft no ha puesto su empeño. De hecho, ha ofrecido todas las facilidades que pueden darse a un desarrollador para que trabaje en la plataforma pero no ha servido de mucho.

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La Microsoft Store cada vez está peor. Aplicaciones que estaban, desaparecen de la noche a la mañana con la misma excusa repetitiva: "entra a través de la web". Y es que las aplicaciones como tal suelen carecer de sentido cuando no estamos delante de un smartphone o tablet donde la interacción dedo-pantalla es elemental.

Dejando a un lado las aplicaciones, seguimos con otro factor que también tiene algo que decir sobre Windows 10 en general y un entorno táctil como la Surface en particular. La experiencia táctil tampoco es otro de los puntos fuertes del sistema operativo de escritorio de Microsoft.

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Esto lo comprobamos empíricamente al hacer uso de nuestros dedos solo en ocasiones muy puntuales y exclusivamente cuando estemos lejos del touchpad del teclado o de un ratón al uso.

Las funciones del Modo Tablet son exactamente las mismas que en modo escritorio. Esto nos puede inducir a pensar que los tipos de uso serán paritarios o al menos se acercarán. Nada de eso, el Modo Tablet no invita nada a usarse. Relegando el uso de la pantalla táctil a un segundo o tercer puesto.

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Y no es culpa de la pantalla en sí. Ni mucho menos. El tacto que ofrece su cristal es excelente pero el sistema operativo no acompaña como sí lo hace iPad o Android. Las comparaciones son odiosas, pero son las dos caras de una misma moneda.

Captura de pantalla Windows

Windows 10 como sistema operativo para trabajar es objetivamente mucho más completo y cumplidor que iOS o Android. Pero en el terreno puro del entretenimiento y el manejo táctil pierde frente a la competencia. Simplemente son dos conceptos de entender para qué sirve y para qué no un entorno táctil.

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Surface Pen

Todo lo anterior queda invalidado si lo que tenemos en nuestra mano es el Surface Pen. Una de las maravillas de la Microsoft moderna hecha lápiz que se acompaña de una pantalla extraordinaria.

El Surface Pen (que se vende aparte por 110 euros) bien merece una review en exclusiva, aunque para no alargar mucho esto me gustaría dar unas pinceladas acerca de este dispositivo. La primera sensación con la que nos topamos es la de robustez de un Surface Pen fabricado en aluminio.

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La segunda es el equilibrio y el tamaño. Otras soluciones similares como el Apple Pencil no están para nada equilibrados haciéndose responsable de esto su excesiva longitud que genera un punto de gravedad que nada tiene que ver con un boli o lápiz tradicional.

En este aspecto no hay diferencias respecto al hardware del pasado año. El Surface Pen es compatible entre productos Microsoft como Surface Studio o Surface Book y se conjunta perfectamente con una pantalla que integra un sensor capaz de distinguir entre 4096 puntos de presión.

La latencia a la hora de marcarse en pantalla lo que estemos dibujando sigue estancada en los oficiales 21 milisegundos. No es mala cifra ni mucho menos, es más, a ojo humano es prácticamente instantáneo.

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Juega también con un botón trasero que hará las veces de goma de borrar (digital) e incluso se ha imitado la sensación gracias al material con el que está fabricado. Terminamos este apartado señalando la comodidad que supone poder imantar el Surface Pen en el lateral de la Surface mientras estamos trabajando (no recomendable mientras la transportamos).

Teclado Signature retroiluminado

Otro de los accesorios obligatorios es el Teclado Signature. El teclado-funda de Microsoft es otra de sus señas de identidad e irá acompañando a nuestro dispositivo allá donde lo llevemos.

Forrado en tejido Alcántara, el Teclado Signature se engancha magnéticamente mientras se conecta en el puerto propietario de la Surface Pro 6. Respecto a otras generaciones, cabe decir que no ha cambiado mucho desde que las teclas dejaron de estar juntas.

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Los ingenieros de Microsoft han ido puliendo el trabajo y podemos asegurar que es uno de los mejores teclados que encontramos en toda la gama de este tipo de híbridos con teclado practicable.

Tanto el recorrido como el tacto de las teclas es el correcto. Aunque no podemos decir que sea excepcional para pasarse largas jornadas de trabajo (7 u 8 horas diarias) picando tecla. Y tampoco creo que ese escenario se nos vaya a plantear con frecuencia si optamos por adquirir una Surface Pro 6.

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Sí hemos hecho bastante pruebas y nos hemos forzado a escribir con él artículos más o menos largos con buen éxito generalizado, aunque estamos de acuerdo en que no sería nuestro teclado de cabecera.

Para una persona que no tenga que escribir textos muy largos o durante mucho tiempo es un teclado que estará muy por encima de sus necesidades. Esto nos lleva a pensar que si queremos que la Surface Pro 6 sea el dispositivo central de nuestra productividad tendremos que recurrir a un teclado externo y a una pantalla.

Las sensaciones del touchpad son muy similares a la del teclado en sí. El movimiento del cursor el fluido y responde bien a los gestos integrados dentro del sistema operativo pero la superficie no da para mucho más.

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De lo que estamos seguros es de que no tendremos dudas de comprar este Teclado Signature o no. Pues es el complemento perfecto para proteger la Surface a la vez que nos dará un plus de productividad en movilidad. Podrás adquirirlo por 179 euros.

¿Suficiente batería para un día de trabajo?

La autonomía es otro de los puntos fuertes de la Microsoft Surface Pro 6. En el plan de energía equilibrado no tendrás problemas para pasar una jornada laboral normal sin necesidad de enchufarla si no eres muy exigente.

Y con no muy exigente nos referimos a uso intensivo de herramientas más o menos pesadas como Photoshop. Con un uso estándar de navegación y ofimática básica hemos obtenido algo más de 8 horas continuas.

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Si nos metemos en esas herramientas más exigentes nos quedamos en unas 5 o 6 horas sin muchas complicaciones. También dependeremos mucho del brillo de la pantalla así que en un entorno con mucha iluminación tendremos que subir el brillo de la Surface Pro 6 y eso se verá reflejado notablemente en la batería.

También la hemos utilizado para juegos sencillos como Minecraft (en su versión descargable en la Microsoft Store) y conseguimos autonomías algo menores que esas 5 horas. Aunque sinceramente, será bastante improbable que pasemos más de 3 horas jugando en una pantalla tan pequeña.

En caso de querer la Surface Pro 6 como un centro de videojuegos, uso legítimo como cualquier otro, seguramente optemos por conectarla a una pantalla externa y el hecho de tener conectado un cable para alimentarla pasaría a un segundo plano. Esto nos conduce irremediablemente al siguiente apartado.

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Aunque antes una pequeña mención al Surface Pen. Una vez más se desmarca de sus competidores (sí, estoy pensando en el iPad Pro) y recurre a una pila AAAA tradicional. Promete una autonomía más allá del año así que nos olvidaremos de cargar el lápiz durante una buena temporada.

Pero si quieres tener el nivel de pila vigilado nada como la aplicación Surface que tienes disponible en la Microsoft Store. Entre otros muchos detalles e información, estará el de la batería restante de tu Surface Pen.

Refrigeración sin ventilación

No queríamos dejar escapar la ocasión para hablar un poco de la refrigeración. Microsoft ha optado por procesadores de la 8ª generación de Intel de 14 nm y eso se nota en este apartado.

Podemos afirmar que la refrigeración de la Surface Pro 6 es una de las mejores que hemos probado en los últimos tiempos. Un dispositivo realmente fino (8,5 mm de grosor) que hace gala del buen diseño y no se calienta más de la cuenta.

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Un ordenador portátil al uso no lo solemos coger con las manos para interactuar con él, pero sí un 2 en 1 como la Surface. Si la Surface tuviera una refrigeración no adecuada nos daríamos cuenta demasiado rápido pues en su ADN va la interacción en formato tablet.

Cuando estamos jugando durante un tiempo prolongado sí notamos un aumento de la temperatura, pero ni de lejos nos quemamos si decidimos agarrarla y seguir nuestro divertimento con las manos.

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En cambio, en usos cotidianos como la navegación web o la ofimática permanece fresca en todo momento. Aquí se nota que los de Redmond han invertido bastante tiempo y esfuerzo pues recordamos que el modelo con el i5 (el nuestro) no está provisto de ventilador.

Aun así, consigue una disipación excelente y uniforme en todo el chasis trasero. Un aspecto que destacar frente a sus competidores que tienen la costumbre de concentrar el calor en una superficie definida donde la falta de ventilación se hace patente y puede causar molestias.

Microsoft Surface Pro 6 o cómo ser el rey de los convertibles

Vamos rematando ya esta review de uno de los dispositivos con Windows que más van a dar de qué hablar en 2019. Microsoft está demostrando ser el que abre paso en un sector tan importante como el del hardware.

Dicho esto, habrá que sopesar en profundidad si somos o no un usuario objetivo de la sexta generación de Surface Pro. El primer escollo al que nos tenemos que enfrentar es al precio. La propia Microsoft sabe que sus versiones Pro son caras y por eso también lanza una Surface Go con el objetivo de acaparar un mercado más generalista.

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La suma total de Microsoft Surface Pro 6 (con el procesador Intel Core i5, 8 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento SSD), del Signature Keyboard y del Surface Pen da 1.639 euros. Sin duda un montante que se puede considerar un gran desembolso.

Quizá Microsoft podría arañar unos euros al precio, pero es algo que le importa entre poco y nada. Y es que tanto la Surface Pro 6 como sus dos principales accesorios juegan en ligas donde el precio pasa a ser un actor secundario y se valoran más otros aspectos.

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Ahí es donde tiene que entrar nuestro criterio. Si eres un trabajador que pasa muchas horas al año en trenes, aviones, hoteles y aeropuertos no se nos viene a la cabeza otro nombre que el de Surface Pro 6.

Aplicable también a trabajos gráficos. El combinado con el Surface Pen es exquisito y será el compañero perfecto si eres un diseñador o realizas trabajos artísticos en plataformas.

Si queremos disponer la Surface como centro de trabajo (para todo) nos toca pasar nuevamente por caja y adquirir el Surface Dock. Este accesorio cuenta con múltiples puertos (Ethernet, HDMI, 2 mini DisplayPort, 4 USB 3.0, 1 puerto de salida de audio y fuente de alimentación) pero acarrea un coste de 230 euros.

Este Surface Dock hay que enchufarlo al conector Surface (por donde se carga habitualmente) y dispondremos de una dosis extra de conectividad física sin perder nada por el camino.

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De lo que estamos seguros es que la Surface Pro 6 no es un dispositivo enfocado a usuarios domésticos que no se verían perjudicados con un portátil al uso y sí verían como un gasto excesivo la adquisición de un dispositivo de estas características.

Un detalle del que nos hemos dado cuenta es de la luz que emite el conector del cargador cuando estamos cargando la Surface. En la amplísima mayoría de ordenador portátiles cuando conectamos el cargador y se enciende una luz esperamos que se apague cuando la batería esté completa.

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Esto no ocurre con la Surface Pro 6. Esa luz quedará irremediablemente prendida, aunque la batería de nuestra Surface lleve cargada al completo varias horas.

También estaría la discusión sobre si 12,3 pulgadas son suficientes para no forzar mucho nuestros preciados ojos. Aquí es donde entra el formato 3:2 de la Surface Pro 6 cuyo ratio hace que aprovechemos al máximo todas y cada una de las pulgadas.

Otras relaciones de aspecto, como las panorámicas, desperdician mucha superficie por demasiado ancho y el scroll se puede hacer infinito si la disponemos horizontalmente.

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Esto tiene una segunda lectura. Y es que la gran parte del contenido online como películas o series modernas están grabadas en un formato panorámico 16:9 y con la Surface Pro 6 se mostrarán un par de bandas negras por encima y por debajo de la imagen.

La Microsoft Surface Pro 6 se consolida como la mejor opción para todos aquellos para los que trabajar en movilidad forma parte de sus vidas. El mejor compañero del viaje productivo y, por qué no decirlo, del entretenimiento.

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Los puntos fuertes de la Microsoft Surface Pro 6 en nuestra review

  1. Portabilidad elevada a la máxima expresión.
  2. Excelente rendimiento.
  3. Autonomía de sobra para jornada laboral.
  4. Calidad de la pantalla y panel táctil.
  5. Tanto el Surface Pen como el teclado Signature son del más alto nivel.

Los puntos débiles de la Microsoft Surface Pro 6 en nuestra review

  1. Windows 10 tiene algunas carencias importantes en su modo táctil.
  2. No incluye el teclado con la compra de la Surface Pro 6.
  3. Brillo de la pantalla para trabajar con mucha luz.

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