Un sorprendente caso del robo de 12.000 euros mediante una estafa telefónica vuelve a poner de actualidad este grave problema. Sobre todo, porque un banco español se niega a devolver el importe, pese a que hay sospechas de que la entidad podría tener parte de la culpa.
Esta semana, el Gobierno ha anunciado nuevas medidas contra las estafas telefónicas, tras el fracaso de los anteriores esfuerzos, y el agravamiento del problema.
La denuncia proviene de la Plataforma de Afectados por los Robos de Datos Bancarios, que acusa a Abanca de que los datos que desencadenaron las estafas proceden de un hackeo. Abanca es una entidad gallega, con una considerable cuota de mercado en la comunidad.
La víctima que ha perdido los 12.000 euros se llama Benedicto Blanco. Afirma que lo engañaron porque el estafador empleaba un número que Abanca había usado en algún momento como propio, y que tenía acceso a sus últimos movimientos de la cuenta.
La plataforma afirma que hay decenas de afectados, y otros que no estarían denunciando por vergüenza. Son conscientes que diferentes bancos sufren el mismo problema, pero creen que en Abanca los afectados son más, y la entidad pone problemas para devolver el dinero a muchos de ellos.
Por su parte, Abanca afirma que no les han robado ningún dato. Considera que el banco es víctima de una suplantación de identidad, pero en ningún caso los estafadores habrían accedido a sus bases de datos.
Asegura que se compensa a los clientes cuando estos no han tenido una actuación negligente. En el caso de Benedicto Blanco, lleva más de 6 meses esperando una solución, y la entidad incluso está ganando dinero a su costa, pues cobra los intereses de un crédito que el afectado no reconoce haber solicitado.
La seguridad de Abanca, en entredicho
Mi experiencia personal me hace dudar de la seguridad de Abanca. Yo mismo recibí un intento de phishing telefónico muy sofisticado, que me hace darle bastante credibilidad a la protesta de los afectados por los robos.
La gran cantidad de datos que conocía el estafador me hace pensar que sabía que fui cliente de Caixa Galicia o Novacaixagalicia (las predecesoras de Caixa Galicia antes de la crisis de 2008).
Por supuesto, no puedo saber si los datos se obtuvieron directamente de Abanca, de una base de datos de terceros, o de otro modo, pero parece el origen más probable.
Sería necesaria una profunda auditoría de la seguridad de Abanca para tranquilizar a sus clientes, pues son muchos los gallegos que han recibido llamadas fraudulentas.
Por otro lado, Abanca es una entidad con muchos ancianos entre sus clientes, lo que hace especialmente grave este desamparo al que somete a los usuarios más vulnerables.
También hay que recordar el polémico historial de Novacaixagalicia hasta el 2010. La predecesora de Abanca fue una de las participantes en el fraude de las preferentes en España, que se saldó con numerosas sentencias en su contra, por vender productos financieros de riesgo a personas que no los entendían.
Desde luego, deben tomarse medidas contra las estafas telefónicas en todos los ámbitos, y eso incluye que los bancos se impliquen mucho más cuando un cliente sufre un incidente de tal gravedad.
Cómo denunciar estafas y engaños por Internet
Vía: Europapress
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