Algo que por mucho tiempo todos sospechaban, pero finalmente el FBI confirma que espía los móviles de particulares.
Se trata de un informe desclasificado sobre las agencias de inteligencia y espionaje de EE.UU. que señala algo que por mucho tiempo fue tomado como teorías conspirativas y es que compran una enorme cantidad de información disponible, como datos sobre navegación web, smartphone y automóviles conectados.
El problema del tráfico de esta información, es que más allá de ofrecer un valor de inteligencia para la seguridad nacional, también presenta un problema de privacidad y de libertades civiles que están consagradas en su propia constitución.
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Un informe revelador que lo confirma todo
El informe desclasificado por la oficina del director de Inteligencia Nacional fechado en enero de 2022, muestra cómo las agencias de inteligencia compran y emplean estos datos de las personas que se encuentran disponibles comercialmente. Es información que es recogida a partir de dispositivos conectados.
Lo ilegal de este procedimiento es que son datos ofrecidos por civiles y que son recogidos de información granular como ubicaciones, datos de navegación, información de rastreo en general, nombres, conversaciones y mucho más.
Este sería el primer informe desclasificado por Estados Unidos en el que se admite la compra y utilización de información personal disponible comercialmente, algo que presenta un escenario complejo en el que incluso enemigos y naciones hostiles podrían hacerse de esta información, ya que se vende al mejor postor.
Sin embargo, poco se puede hacer. En EE.UU. no existe una ley federal de privacidad o de protección de datos como existe en Europa. Por esta razón no es posible regular el intercambio y comercialización de información privada, menos aún que estas actuaciones puedan ser castigadas.
Tras la publicación del informe, el senador Ron Wyden, quien fue el solicitante de la desclasificación del documento, señaló que este archivo deja en evidencia que el gobierno de EE.UU. no cuenta con políticas para garantizar el derecho esencial de la privacidad con el que deben contar todos sus ciudadanos.
No existe ninguna supervisión sobre cómo las agencias de inteligencia compran y usan datos personales de los ciudadanos. No existe un control, ni trazabilidad sobre las agencias que compran este tipo de datos y cómo los utilizan.
Un ejemplo muy concreto muestra cómo el Servicio de Impuestos Internos compró el acceso a una gigante base de datos en la que se encuentran datos de millones de móviles de particulares, con datos de ubicación para detectar fraudes fiscales.
Esta es una vía que han tomado, debido a que las agencias gubernamentales deben contar con una orden de la corte para poder obtener datos privados de los ciudadanos a través de los operadores y de las empresas tecnológicas, un camino que puede ser bastante largo.
De momento, se impulsa un movimiento desde el congreso de EE.UU. para establecer algún tipo de regulación que pueda detener la forma en la que las agencias de inteligencia, como el FBI, acceden a la información de los móviles de particulares y muchos datos más.
Vía: Techcrunch
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