Así son posibles los precios de 99 céntimos en AliExpress: no son estafas, pero tienen un lado oscuro
Los sorprendentes precios de AliExpress muchas veces nos empujan a hacer compras impulsivas, incluso de artículos que no necesitamos o tienen poca utilidad. Estos precios de 0,99 euros (o incluso menos) suponen importantes contrapartidas, aunque no sean un fraude, y deberían hacernos cuestionar si son realmente un "chollo".
En general, AliExpress es de fiar, pues la plataforma china controla bastante a los vendedores que están presentes. Cuando un comprador es víctima de un fraude, suele recibir la devolución del dinero, y los vendedores reincidentes acaban con sus cuentas cerradas.
El problema es que AliExpress ejerce una competencia injusta que perjudica a España, pues las empresas locales no pueden ponerse al nivel de los bajísimos salarios chinos ni de sus interminables jornadas laborales.
Además, los gastos de envío gratis no son sostenibles en muchos casos, y al final acaban siendo asumidos por los contribuyentes españoles. Enviar un producto de 0,99 euros gratis desde China parece demasiado bueno para ser verdad y, efectivamente, hay un lado oscuro.
Abuso del sistema postal español
En su día, AliExpress se popularizó al mandar pedidos de 0,01 € sin gastos de envío, cuando es evidente que solo el reparto en España (sin contar el transporte internacional) cuesta bastante más que eso.
Esto fue posible gracias a unos acuerdos postales con China que no fueron diseñados para el comercio electrónico, cuyo enorme volumen provocó que los ciudadanos españoles acabasen financiando con sus impuestos la logística de compañías extranjeras.
Además, existía un total descontrol en las aduanas, de manera que decenas de miles de compras no pagaban IVA, porque no había medios materiales para revisar los paquetes.
La ley obliga ahora a AliExpress a aplicar el IVA en sus precios, algo que está cumpliendo cuando ya no le queda otro remedio, pero el tema de los envío gratuitos sigue siendo muy discutible.
AliExpress ha creado su propia división de logística, y tiene algunos acuerdos con empresas de mensajería, pero sigue dependiendo del reparto de Correos, una empresa semipública financiada con impuestos, una peculiaridad que beneficia a la multinacional china.
Correos debe asumir el servicio postal universal, un servicio público que garantiza a los ciudadanos diferentes servicios a un coste bajo, incluso a quienes viven en zonas rurales. Esto obliga a Correos a tener una amplia plantilla y flota de reparto, también en lugares que no son comercialmente rentables.
El servicio postal universal lo pagamos todos con nuestros impuestos, pero Correos es una empresa semipública, así que intenta sacar rentabilidad a su enorme infraestructura con clientes privados.
Ahí es donde entran gigantes como AliExpress o Amazon, que pagan cifras muy bajas por cada paquete, y a los que agencias como Seur, MRW o Nacex cada vez consideran menos interesantes. Mueven muchos paquetes, pero dejan márgenes muy bajos, y a las agencias les preocupa depender de ellos hasta el punto de que controlen su negocio.
Al final, AliExpress hace envíos gratis apoyado en los impuestos que sostienen a Correos. Es algo legal, y tampoco hay soluciones claras para reformar Correos, pero como clientes deberíamos plantearnos si queremos apoyar estas subvenciones indirectas a empresas extranjeras con nuestro propio dinero.
Precarización y destrucción del empleo
Otro aspecto en que ya hemos incidido es que comprar en AliExpress perjudica a la economía española a muchos niveles: provoca el cierre de empresas, aumenta el paro, precariza el empleo y reduce la recaudación fiscal, de la que dependen la sanidad o educación públicas.
En la práctica, es imposible competir con los bajos salarios chinos, y la gran mayoría de los compradores de AliExpress sin duda rechazarían las jornadas laborales de 60 horas habituales en el país, y que tendríamos que importar a España para hacer la "magia" de los chollos de 0,99 euros.
Como tantas multinacionales, AliExpress se lleva prácticamente todo lo que genera a otros países. La diferencia es que deja incluso menos impacto positivo, pues no tiene tiendas físicas, muy pocos almacenes locales, y el reparto se aprovecha de la compleja situación de Correos.
Incluso en AliExpress Plaza, que hace envíos desde España, no es extraño encontrar vendedores chinos, que han subcontratado aquí lo mínimo posible para cumplir las condiciones del programa.
Los "chollos" de 0,99 € no nos benefician
Al final, en el capitalismo los consumidores votamos con nuestro dinero, y comprar a AliExpress es votar contra nuestros propios intereses. Sobre todo, porque muchas veces en AliExpress hacemos compras impulsivas de artículos que no necesitamos, y cuya producción contribuye al cambio climático y a la destrucción del planeta.
Empresas como PcComponentes, MediaMarkt, Fnac, El Corte Inglés, o incluso los pequeños bazares de nuestras ciudades, son opciones bastante mejores. Los precios resultan superiores (también la calidad), pero al menos no perjudican de manera tan flagrante al bienestar general de los ciudadanos.
Al final, muchas tiendas hacen ofertas de todo tipo, así que los "chollos" de AliExpress no son en absoluto tan buena idea como parecen, y deberíamos plantearnos si comprar por precios irrisorios en la tienda china no nos sale realmente a perder.
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