Seguramente escuchaste sobre las baterías de silicio-carbono, pero no tienes idea de qué son y cómo funciona. El desarrollo de una tecnología que inicialmente fue pensada para los automóviles eléctricos, ha llegado a beneficiar a otros dispositivos, como los móviles y tablets, con el fin de ofrecer más capacidad, en el mismo espacio.
El primer paso se dio este mismo año, cuando en el Mobile World Congress de Barcelona en 2023, Honor anunció el lanzamiento de su primera batería de silicio-carbono, con una densidad de energía casi 13 % mayor a la que brindan las baterías conocidas de ánodo de grafito. Mismo espacio, más duración.
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Cómo funciona la batería de silicio-carbono
Las baterías tradicionales de iones de litio llegaron a su techo. Los fabricantes han ido incorporando cada vez más variantes dentro de la ecuación para conseguir que puedan durar más, pero en esa búsqueda surge una variante que permite optimizar todavía más el rendimiento, hacerlo diferente: el silicio-carbono.
En el caso de las baterías de litio, cada celda está compuesta por dos electrodos metálicos, ambos sumergidos en el líquido conductor, que es conocido como electrolito. Regularmente, es empleada una sal de litio y que tiene consigo los iones necesarios para desencadenar la reacción que se requiere para producir la reacción reversible de la energía.
Pero en el caso del silicio y el carbono, se trata de dos elementos químicos conocidos y que la incorporación en la formulación de baterías es mucho más sencillo, ya que su flexibilidad y poca oxidación, pueden aportar una mayor durabilidad.
El cambio sencillo y que fue incorporado en la batería nueva de Honor es la incorporación de ánodos de silicio y carbono, eliminado el grafito. La razón es sencilla: tiene propiedades químicas que facilitan el almacenamiento de un mayor número de iones de litio y por ello puede durar mucho más su carga.
Mientras que un ánodo de grafito puede almacenar cuatro iones de litio, uno de silicio y carbono puede almacenar 20 iones, es decir, que se multiplica por diez su capacidad.
Eso significa que no se necesita más espacio en el diseño de móviles para añadir baterías más grandes, sino un cambio de materiales, que podría permitir también que tenga una mejor tolerancia al uso en condiciones extremas.
Así mismo, la estabilidad de sus componentes es mucho mayor, evitando celdas dañadas en menor tiempo y baterías “infladas” que es realmente una mala oxidación de sus componentes y que generan una reacción química adversa.
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