Quizá nos preocupe saber la cantidad de radiación que emite un móvil, para evitar riesgos asociados a la radiación electromagnética de sus diversas antenas, así que ahora aprenderemos a buscar ese dato, que muchas veces está oculto.
Las noticias del exceso de radiación del iPhone 12 han generado preocupación, porque el móvil pasó las pruebas cuando se lanzó en 2020 y, tres años después, las autoridades francesas descubrieron que superaba el límite legal.
La radiación que emite el móvil se denomina SAR (Specific Absorption Rate o "tasa de absorción específica"), y se mide en vatios por kilogramo de peso corporal o W/kg. Normalmente, se calcula el SAR en la cabeza (durante las llamadas) y en el cuerpo (pues solemos llevar el móvil encima).
El SAR indica la cantidad límite de energía de radiofrecuencias que el móvil puede llegar a emitir a máxima potencia en cada una de sus frecuencias. Es decir, en un uso real hablamos de una radiación muy inferior.
El SAR máximo de los móviles es una cifra que los fabricantes comunican a autoridades regulatorias como la FCC (Estados Unidos), y que requiere hacer mediciones con el móvil concreto, que exigen cierta precisión. De ahí que a veces surjan discrepancias y acusaciones de que la radiación emitida es muy superior a la declarada.
Un buen lugar para buscar el SAR de cualquier móvil es la página del regulador alemán encargado de controlar la radiación de diversos dispositivos, donde es posible introducir el modelo de móvil:
Web: Buscador de SAR en móviles
Cada marca indica el SAR en su página web, aunque a veces lo oculta todo lo posible, así que tenerlos centralizados es más cómodo, y nos permite hacer comparativas si nos preocupa una radiación alta.
Los límites de SAR legales en Europa y Estados Unidos son los siguientes:
- 1,6 W/kg, medidos 1 gramo de tejido (EE.UU).
- 2 W/kg, medidos 10 gramos de tejido (Unión Europea).
La radiación de los móviles no parecer se dañina
Es importante destacar que el SAR máximo se estableció como medida de prevención, sin evidencia de riesgos por la radiación de los móviles. Cuando los primeros teléfonos móviles se comenzaron a popularizar, algunas personas consideraron preocupante exponernos a la radiación que emiten para comunicarse con la red móvil, puntos WiFi o dispositivos Bluetooth.
No hay evidencias de que la radiación emitida por los móviles sea peligrosa, y el objetivo del SAR es prevenir hipotéticos riesgos aún desconocidos, pero también tranquilizar a la opinión pública.
Recordemos que los móviles emiten radiación no ionizante, cuya peligrosidad es reducida para el cuerpo humano, excepto a intensidades muy altas. En cambio, la radiación ionizante interactúa con los átomos, y puede dañar las células, generando cáncer.
La radiación no ionizante supone riesgos para el ojo humano cuando está en el espectro visible, y también por el calor que genera. De hecho, el SAR limita la cantidad de calor que genera el móvil, no hay otros riesgos probados que busque evitar.
En definitiva, saber la radiación que emite un móvil quizá no sea tan relevante, porque no hay evidencias de que un smartphone con un SAR bajo implique menos riesgos y, además, estas mediciones no siempre se hacen bien.
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