Las presiones por un posible abuso de posición dominante han llevado a Amazon a amenazar con cerrar su marketplace, donde un gran número de vendedores externos comercializan sus productos a través de la página de Amazon.
El Congreso de Estados Unidos está preocupado por el enorme tamaño de las multinacionales tecnológicas, y un informe preliminar detalla los riesgos para los consumidores ante los posibles monopolios de Apple, Google, Facebook, Microsoft y también Amazon. Eso sí, por ahora no se han concretado las medidas que la administración estadounidense tomaría.
La multinacional afirma que una legislación restrictiva pondría en peligro la continuidad de Amazon Marketplace, y que eso perjudicaría a "cientos de miles de pequeñas y medianas empresas" que usan su infraestructura. No solo aparecen en la tienda online, muchos vendedores externos también han externalizado sus almacenes, sistema de envío y atención al cliente.
Amazon ha creado una página web para que los vendedores de Marketplace dejen sus datos, con el objetivo de que más adelante presionen directamente a los congresistas de EE. UU. El gigante del comercio electrónico incluso reconoce que tiene un equipo trabajando con el Congreso para que atienda sus peticiones.
La amenaza de cerrar Amazon Marketplace suena poco creíble, pues esta colaboración con terceros ha sido clave para el crecimiento de la empresa. Incluso se han oído acusaciones de que Amazon roba los proveedores a sus vendedores más exitosos, que al cabo de un tiempo son incapaces de competir con el que supuestamente era su socio.
Por otro lado, hay muchas otras plataformas de marketplace que no causan este tipo de preocupaciones, incluyendo eBay, Aliexpress o el futuro marketplace de PcComponentes, precisamente porque ninguna se acerca ni lejanamente al poder de mercado de Amazon.
Las grandes tecnológicas de EE. UU. son reacias a las regulaciones porque la competencia real entre ellas no es demasiado grande. Cada una es tremendamente rentable en unos pocos segmentos, donde apenas tiene rivales reales, y solo compiten entre en ellas determinados productos.
El cierre de su Marketplace, u otras limitaciones al poder de mercado de Amazon, tendría una doble vertiente para los consumidores. A corto plazo, dañaría el ecosistema alrededor de Amazon Prime, que es increíblemente eficiente y ofrece una gran calidad-precio.
Ya sea en la tienda online, suscripciones a servicios o hardware como los altavoces Echo o los Fire Stick TV, la multinacional es muy agresiva en precio y ofrece un gran servicio, así que su competencia tiene complicado hacerse un hueco con márgenes tan bajos.
Sin embargo, a medio plazo el excesivo poder de mercado de Amazon puede suponer un problema, pues sin competencia real nada le impediría comenzar a subir precios y bajar calidad.
Por otro lado, Amazon ha sido acusada muchas veces de explotar laboralmente a sus empleados y "asociados" (como los repartidores autónomos que usa en Amazon Flex), sin olvidar que su actividad perjudica al comercio local y que la mayor parte de sus actividad económica beneficia a países diferentes a dónde vende.
Por lo tanto, la decisión de cerrar Amazon Marketplace será muy compleja, y más bien parece una estrategia para impedir o minimizar las leyes que intentan crear más competencia en los mercados dominados por alguno de los grandes gigantes tecnológicos.
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