El asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de los seguidores más extremistas de Donald Trump tuvo a las redes sociales como aliadas indispensables. Pero no hablamos de las que todos conocemos. Fueron otras redes, Gab y Parler, asociadas a los movimientos de ultraderecha estadounidense, las que fueron utilizadas para organizar la acometida.
El pasado 6 de enero, Donald Trump azuzó a sus seguidores para que se dirigieran a las puertas del Capitolio, en Washington, y continuar allí sus protestas por el supuesto fraude electoral que había supuesto la victoria de Joe Biden. Rápidamente, dos redes sociales poco conocidas en España, Gab y Parler, comenzaron a arder. Sus usuarios comenzaron a intercambiarse mensajes dirigidos a organizar la entrada en el simbólico edificio.
Pero, ¿qué es lo que hace que los seguidores más extremistas del presidente saliente utilicen estas redes sociales? En los últimos meses, las redes sociales más populares, como Facebook y Twitter, han tratado de poner coto a todo tipo de contenidos violentos y fake news con nuevas normas. Desde entonces, Parler y Gab se han convertido en el espacio de conversación habitual de la denominada derecha alternativa norteamericana.
Trump, bloqueado en varias redes sociales
El propio Donald Trump ha podido comprobar en sus propias carnes la nueva política restrictiva de las redes sociales más conocidas respecto a los mensajes de odio y las actitudes que puedan estimular acciones violentas por parte de terceros. Así, Twitter, Facebook y Snapchat bloquearon su cuenta después del referido asalto al capitolio.
Y es precisamente este hecho, la expulsión de los usuarios de las redes de los usuarios más radicales, especialmente de Twitter, lo que ha generado el crecimiento de Gab y Parler. Estas se han convertido en un punto de encuentro de numerosas personas con un pensamiento cercano a la extrema derecha, que habían visto cómo se cancelaban sus cuentas por comentarios racistas, violentos o la expansión de fake news.
Precisamente, estas dos redes sociales tienen en común que se definen como una alternativa a Twitter y tienen características similares a esta. Sus seguidores aseguran que en ellas se abandera el discurso libre.
Buena parte de los seguidores de una y otra están emparentados con la denominada alt-right, o derecha alternativa. Se trata de un movimiento con cierta relación con la extrema derecha, muy heterogéneo, algunos de cuyos miembros defienden la supremacía blanca respecto a las minorías del país. El movimiento se ha extendido en ciertas partes del mundo.
Qué es Parler
Se trata de una red social bastante joven que ha demostrado un crecimiento vertiginoso gracias a la tensión política en Norteamérica. Parler fue creada en el año 2018 y tiene su sede en Nevada. Su principal reclamo es ser una red social donde prometen una libertad de expresión sin cortapisas. En ella se puede publicar todo tipo de contenidos, a excepción de aquellos que sean claramente ilegales o que generen el envío de spam.
¿Y qué tipo de control hay? Pues, a decir verdad, prácticamente ninguno. No existe ningún tipo de filtro que denuncie las noticias falsas ni cuenta con ningún tipo de sistema de verificadores. Ella misma presume de ser “un medio social libre de expresión, sin prejuicios y centrada en proteger los derechos del usuario”.
Su funcionamiento es una mezcla de otras redes sociales. Los mensajes tienen un límite de 1.000 caracteres y cuentan con dos botones, uno de los cuales sirve para compartir directamente memes y el otro para GIFs. El Me gusta de otras redes sociales se convierte aquí en un voto de aprobación, mientras que se denomina Eco al retweet.
Una de las campañas surgidas de Parler más exitosas fue la que, haciendo un paralelismo con el Brexit, fue denominada Twexit. En la misma impelían a los seguidores más conservadores de Twitter a que abandonaran la red social, ya que en su opinión estaba marginando sus opiniones.
La insistencia de Parler en que apuesta por una absoluta libertad de expresión ha estimulado que en esta red social se puedan leer innumerables contenidos en defensa del supremacismo blanco, teorías de la conspiración sobre todo tipo de temas o fake news, muchas de ellos vinculadas con la pandemia de coronavirus.
La semana después de las elecciones estadounidense se convirtió en el momento de mayor crecimiento de Parler, duplicando sus usuarios, desde los poco más de cuatro millones hasta prácticamente ocho. El contenido más extendido en aquel momento fue el referido al supuesto robo en los comicios a favor de Joe Biden.
Qué es Gab
La otra red que se ha convertido en refugio de los seguidores de las teorías más extremas y que fue un instrumento clave en el asalto al Capitolio, es Gab. Su creación es anterior, en 2016, y está también muy asociada con el pensamiento de los seguidores más radicales de Donald Trump.
Gab está aún más emparentada con la polémica que Parler. En ello tuvo mucho que ver el hecho de que Robert Bowers, autor del tiroteo en la sinagoga de Pittsburgh en el que murieron 11 personas en el año 2018, era un activo seguidor de esta red social en la que dejaba sentencias tan elocuentes como “los judíos son hijos de Satanás”.
Y es que en Gab la censura no existe. Cada uno es responsable de poner lo que quiera sin que la plataforma vaya a retirar el contenido. Solo está prohibido ofrecer información confidencial de otros usuarios, la pornografía ilegal o la incitación explícita a la violencia.
Su funcionamiento es todavía más parecido al que todos conocemos de Twitter. No en vano, el límite de sus mensajes, que reciben el nombre de toots, es de 300 caracteres- Y es muy habitual encontrar en estos mensajes contenidos racistas, sexistas o ataques contra el colectivo LGTBI.
Gab fue utilizada por muchos de los asaltantes del Capitolio para publicar selfies y distintas imágenes en el interior del edificio. Llama la atención que después de que fuesen bloqueadas las cuentas de Trump en diversas redes sociales, la plataforma publicó que tenía una cuenta reservada para el presidente saliente.
En España, esta red social tuvo un importante crecimiento a finales del año 2019, siendo utilizada sobre todo por muchos simpatizantes del partido político Vox. Precisamente, el pasado mes de enero Twitter suspendió la cuenta de Vox por "incitación al odio".
Caldo de cultivo para las teorías de la conspiración
Estas redes sociales son el espacio preferido para incluir las teorías de la conspiración que crecen como la espuma por todo Estados Unidos. Especialmente extendida en ellas está la que se ha venido en llamar QAnon, sostenida por parte de los seguidores más extremistas de Donald Trump.
Tanto en Parler como en Gab podemos encontrar muchos contenidos que comparten sus postulados. Según QAnon, existe un grupo dirigido por diferentes altos funcionarios del Partido Demócrata, personas de renombre de Hollywood e influyentes empresarios que forman parte de una trama secreta que desarrolla un complot contra Trump y sus seguidores.
Y no solo eso, sino que también acusan a los miembros de este grupo de formar parte de una poderosa red de pornografía infantil. Esta especie de argumento de película blockbuster cuenta, sin embargo, con un número creciente de seguidores que difunden estas teorías por redes sociales.
Mientras, otros de los usuarios más activos de Gab y Parler son los denominados Proud Boys, un grupo ultraderechista pro-Trump con vínculos supremacistas. Este grupo ha logrado una enorme notoriedad en los últimos meses siendo sus miembros algunos de los principales protagonistas del referido asalto al Capitolio.
Todos sabemos las magníficas herramientas de comunicación que son las redes sociales, pero también que pueden convertirse en un elemento de exaltación de masas muy peligroso si no se pone coto a la incitación al odio y a las fake news que comparten los más extremistas. El uso que se ha hecho de Parler y Gab durante el asalto al Capitolio de EEUU es un buen ejemplo de ello.
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