Muy pronto las compañías tecnológicas pagarán más impuestos en España, o al menos esa es la intención del Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, que prepara una "tasa Google" para normalizar la situación fiscal de las empresas digitales, que escapan a los sistemas tributaciones tradicionales.
El Consejo de Ministros podría aprobar la tasa Google española el próximo 18 de febrero de 2020, que supondrá para las empresas afectadas un impuesto del 3%, pero solo si cumplen determinadas condiciones.
En primer lugar, han de ser grandes compañías, que facturen en España más de 3 millones de euros y más de 750 millones de euros a nivel mundial. Afectará a la publicidad online (es decir, el principal negocio de Google o Facebook) y a la intermediación online (incluyendo desde tiendas como Amazon a servicios como Deliveroo).
No debemos confundir este nuevo impuesto con la "tasa Google" que en provocó el cierre de Google News en España en el año 2014. Esa iniciativa buscaba que Google compensara a los medios de comunicación por enlazarlos, y no llegó a aplicarse tras el cierre de News.
Esta nueva tasa Google de 2020 también es conocida como tasa GAFA porque su principal objetivo son las marcas de sus iniciales: Google, Apple, Facebook y Amazon.
Multinacionales tecnológicas con enormes ingresos, pero que apenas pagan impuestos en España (ni en ningún país), porque su funcionamiento digital no las ata a una ubicación física, así que tributan en paraísos fiscales o usan diversos trucos contables.
La tasa Google del Gobierno español pretende compensar esto, y las previsiones son que genere 1.200 millones de euros en ingresos.
Si la norma se aprueba con la redacción actual, habría dos excepciones importantes en la intermediación online: no pagarían la tasa las transacciones entre particulares (una venta en Wallapop, por ejemplo) o cuando el fabricante vende directamente desde su propia web, sin un intermediario.
Aunque la idea suene positiva, Amazon ha indicado que la tasa Google subirá los precios para los compradores, y es posible que otras empresas repercutan directamente el impuesto a los consumidores.
Francia también aprobó un impuesto similar, que acabó suspendido por la amenaza Estados Unidos de intensificar la guerra arancelaria. En último término, la tasa Google enfrenta a la Unión Europea con Estados Unidos, sede de las grandes tecnológicas.
Aun con el apoyo del resto de la Unión Europea, el futuro de la tasa Google en España es complejo. De hecho, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) trabaja en un acuerdo internacional de este estilo, pero que parece muy lejano por el momento.
El problema de fondo es fundamentalmente económico: el Estado necesita ingresos para sostener los servicios públicos, pero elevar los impuestos puede afectar negativamente a las empresas y ralentizar la economía.
Es posible que los consumidores de tecnología acabemos viendo un alza de los precios, si bien la aprobación de la tasa Google en el Consejo de Ministros solo será un nuevo paso en el conflicto comercial con EE. UU. que no sabemos cómo acabará.
¿Qué opinas de que la tasa Google se apruebe en España? ¿Crees que es positivo aumentar la carga fiscal de las grandes tecnológicas a pesar del riesgo de que limite su crecimiento?
Vía: El País
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