En España, las velocidades mínimas de la fibra están decreciendo, de modo que los usuarios navegan y descargan más lento cuando las redes están saturadas. De nuevo, es Digi quien peores resultados ofrece, por su enfoque en el bajo coste, que redunda en un servicio de mala calidad.
Aunque menos graves que el escándalo de los duplicados de SIM fraudulentos en Digi, estos malos resultados afectan a la totalidad de los clientes. En esencia, la bajada de las velocidades mínimas supone que la conexión va más lenta cuando muchos de nuestros vecinos la emplean, pues parte de la infraestructura es compartida.
Digi no es solo la que peores cifras arroja, sino la que más empeora. Las pruebas del Ministerio para Transformación Digital, tomando como referencia conexiones de 1 Gbps, arrojan que Digi solo consigue 678 Mbps de mínima cuando su red está saturada. Son los datos del tercer trimestre de 2023, en el mismo período de 2022 lograba 855 Mbps de mínima, así que ha empeorado un 20%.
Por su parte, la velocidad mínima de Movistar es de 791 Mbps, empeorando un 10% desde 2022. Orange se queda en 869 Mbps, así que ha bajado un 15%. Aún no tenemos ningún informe de 2024, pero todo apunta a que la tendencia sigue siendo negativa.
Las velocidades crecen, y también la saturación de la fibra
Aunque no hay una explicación oficial a este empeoramiento, es sencillo deducir las razones. Los accesos a Internet particulares comparten la conexión con hasta 64 clientes en la central de fibra y, si muchos se conectan a la vez, no se consigue darles la velocidad contratada.
Es una especie de "overbooking", como en los vuelos de avión, que depende de las tecnologías empleadas. Lo más habitual es el estándar GPON, donde la velocidad de descarga compartida es de 2,5 Gbps entre los 64 clientes de cada nodo de la central. Las centrales con el más reciente estándar XGS-PON sufren menos problemas, pues trabajan a 10 Gbps, cuadriplicando la velocidad.
La sobreexplotación depende de varios factores: el número de personas realmente conectadas al nodo, la velocidad que han contratado y el uso real de la conexión. Por ejemplo, si nuestros vecinos han contratado 100 Mbps, y apenas los usan para mirar el correo, no habría mucha dificultad en garantizar que su velocidad mínima real son los 100 Mbps que se le han prometido.
A nivel global, la realidad es que cada vez hay más conexiones de fibra con velocidades mayores, y la red no puede entregar esas velocidades. El rápido crecimiento de Digi con conexiones muy rápidas ha provocado ese 20% de diferencia de la velocidad mínima real frente a la prometida.
En realidad, Digi ha vendido parte de su red de fibra, que era su activo más importante en España. Eso genera dudas sobre su estrategia al respecto, pues migrar las centrales XGS-PON para garantizar la calidad del servicio supone un coste que no sabemos cuándo va a asumir.
En conclusión, el actual estándar GPON supone que las redes de fibra se seguirán saturando poco a poco, y será necesario el progresivo salto al nuevo XGS-PON, sobre todo para ofrecer conexiones de más de 1 Gbps que cumplan las expectativas.
Vía: BandaAncha
- Ver Comentarios