De ser los líderes absolutos del mercado mundial de hardware y circuitos integrados a estar en caída libre. En este reportaje vamos a analizar las razones del hundimiento de Intel, el gigante norteamericano que desde luego no está pasando por su mejor momento.
Una empresa que entre sus innovaciones más recientes, se encuentra la creación de un chiplet óptico Intel funcional que revolucionará los servidores preparados para dar soporte a la IA.
Un dispositivo que, ojalá, sea capaz de dar un vuelco a la actual situación por la que pasa esta compañía, la cual es la peor que se recuerda desde su creación en 1968.
Despidos masivos y 1.600 millones de dólares de pérdidas
La noticia saltaba hace escasos días: Intel despedirá a cerca de un 15% de su plantilla, es decir, a más de 18.000 trabajadores en todo el mundo. Una dura decisión tomada por Pat Gelsinger (CEO de la empresa) y su junta ejecutiva ante los pésimos resultados obtenidos en el último trimestre fiscal.
Y es que según los datos facilitados, Intel perdió unos 1.600 millones de dólares solamente durante ese periodo de tiempo. Unos datos que vienen a confirmar el mal momento por el que pasa la compañía tecnológica en la actualidad.
Los despidos se irán produciendo desde ya mismo y seguirán ejecutándose durante los próximos meses, si bien se plantearán ofertas de despidos voluntarios y prejubilaciones.
¿Y cómo se ha llegado a esta situación tan dramática? ¿Qué es lo que ha sucedido para que Intel se encuentre con el agua al cuello? Pues diversas circunstancias, comenzando por una de las principales: inversiones erróneas.
Malas decisiones estratégicas
Según ha reconocido el propio líder de la compañía, Intel no ha tomado las mejores decisiones en los últimos años. Y una de las menos rentables fue la inversión efectuada en las fábricas de semiconductores.
Varios expertos señalan que esta apuesta por la fabricación de semiconductores llegó tarde, y fue la causa directa de la pérdida de unos 3.000 millones de dólares en este ejercicio, y de unos 7.000 en el pasado año.
Una decisión errónea por la falta de timing, un escenario muy similar al relacionado con las máquinas de litografía ultravioleta extrema (EUV) de ASML. Al contrario que sus rivales directos, Intel apostó tarde por dicha tecnología, permitiendo a sus competidores (Nvidia y AMD principalmente) estar un paso por delante desde el punto de vista tecnológico.
Y, para colmo y siguiendo esta misma línea, Intel también ha tenido serios problemas a la hora de adecuarse a la llamada Ley de Moore. Una regla que establece que, de media, cada dos años aproximadamente se duplica el número de transistores en un microprocesador.
Por lo tanto y, en general, está claro que Intel no ha tomado las mejores decisiones empresariales estratégicas, un problema que en una industria tan competitiva y dura como es la tecnología, se paga caro.
El auge de Nvidia
La situación por la que pasa Intel choca de manera directa con la que presentan sus oponentes más directos, en especial Nvidia. Y es que en este sector, el ascenso de una compañía suele coincidir con la recesión de otra.
El auge de Nvidia es casi un espejo inverso de lo que ha pasado con Intel, de ahí que no sea ninguna coincidencia. Esta compañía es, a día de hoy, la más valiosa del mundo, superando incluso a Microsoft y Apple, algo casi inconcebible hace sólo unos años.
El pasado mes de junio, las acciones de Nvidia alcanzaron un pico de 135,58 dólares por cada una de ellas, concediendo a la compañía una valoración de más de 3,34 billones de dólares, es decir, alcanzando el número uno.
¿Y por qué ha crecido tanto Nvidia? Pues por varios factores principales. El primero es porque ha sabido moverse bien en el mercado y ha conseguido llegar a acuerdos globales con decenas de países, encargando a Nvidia la tarea de que los centros de datos tradicionales den el salto a la computación acelerada.
Pero, sin duda, el elemento diferenciador que ha posicionado a Nvidia en el lugar que ocupa ahora mismo es la apuesta por la IA, algo que a Intel le ha pillado casi "por sorpresa" de manera casi incomprensible.
Simple y llanamente, Nvidia predijo el auge brutal de la IA en nuestro mundo mucho antes que Intel, realizando fuertes inversiones en esa misma área que se están traduciendo en acuerdos multimillonarios. Una fuente de ingresos que han ido aumentando de manera exponencial durante los últimos meses.
El futuro de Intel
Así las cosas, son muchos los que se preguntan si la compañía será capaz de remontar el vuelo de aquí en adelante. Una pregunta que tiene una difícil respuesta... y todo dependerá de cómo vaya funcionando el plan de Intel llamado IDM 2.0.
Establecido justo hace un año, se trata de un plan muy ambicioso en el que tanto Pat Gelsinger como el resto de directivos aspiran a reflotar su compañía.
¿Y qué medidas incluye este plan? Pues, por un lado, el desarrollo de chips de 3 nanómetros, planes muy ambiciosos de colaboración con terceros, potenciación de su Intel Foundry Services (fabricación de chips para terceros) y una fuerte inversión en fábricas instauradas en Arizona.
Unas medidas que, de momento, no parecen que estén surtiendo efecto, si bien es cierto que se espera que comiencen a hacerlo a partir del 2027.
Todos estos son, a nuestro entender, los motivos del hundimiento de Intel en los últimos tiempos. Una compañía enorme y de gran impacto en el sector de la tecnología que, esperamos, consiga levantar el vuelo en los próximos meses.
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